Los Packers no son conocidos como un equipo que tome malas decisiones, o al menos no es una percepción tan generalizada. Pero el draft del 2015 quedará como muestra de que todos los equipos cometen errores de apreciación.
Con la decisión del LB Jake Ryan de firmar con los Jaguars se terminaron los jugadores de la generación 2015 de los Packers. Como lo hizo notar el Green Bay Press-Gazette, Ryan era el último elemento de ese draft que seguía en Green Bay.
En aquel año los Packers tomaron en la primera ronda al secundario Damarious Randall, que fue cambiado el año pasado a Cleveland por DeShone Kizer. En el segundo round seleccionaron al CB Quinten Rollins, que fue dado de baja la temporada anterior.
Ty Montgomery llegó en el tercer round, pero fue dado de baja la temporada pasada tras soltar un balón en un kickoff donde le habían dado la instricción de quedarse en la zona de anotación.
Jake Ryan llegó en el cuarto round, y después de él estuvieron el QB Brett Hundley (que acaba de firmar con los Cardinals después de estar en la banca de los Seahawks), el FB Aaron Ripowski (que recientemente firmó con los Chiefs), el DT Christian Ringo (que ahora está en Cincinnati) y el TE Kennard Backman (que solamente vio acción en su temporada de novato y no está en ningún equipo).
Entonces toda una generación de jugadores se fue y en realidad ninguno tuvo un impacto duradero con el equipo. Eso deja muy mal a los Packers, ya que son elementos que se suponía iban a resolver problemas en el roster, y en lugar de eso ahora son huecos que se deben de llenar. Otra vez.
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