Habían pasado 2,926 días desde que Michigan le ganó por última vez a Ohio State. Eso era una espina enorme en el costado de los Wolverines, y afortunadamente para la causa de Michigan lograron sacarse esa espina hoy al vencer a los Buckeyes 40-34.
Eso sí, como el marcador indica, no fue nada sencillo. De hecho tuvieron que irse a los últimos minutos para asegurar el marcador: faltando poco más de dos minutos los Wolverines estaban en tercera y pulgadas, pero cometieron dos castigos y luego les regresaron un TD de Denard Robinson.
Por cierto, Robinson tuvo una actuación maravillosa, lanzando 3 pases de anotación y corriendo para otros 2.
Afortunadamente para Michigan los Buckeyes no pudieron hacer nada en su última serie y fallaron una cuarta oportunidad. Eso permitió que Denard Robinson pusiera rodilla en tierra para dar por terminado el encuentro.
Con esto se termina una temporada regular muy contrastante para estos dos equipos. Michigan, por un lado, dejó atrás los pésimos años de Rich Rodriguez y terminó la temporada 10-2 de la mano de Brady Hoke, y de hecho ahora los Wolverines esperan conocer su destino en los tazones, esperando les toque uno de inicios de año.
Para Ohio State las cosas no fueron nada buenas desde antes de empezar. Primero Jim Tressell fue despedido por los escándalos de Terrelle Pryor y compañía y luego el mismo Pryor se va de la universidad. Eso puso a los Buckeyes en una pésima situación de inicio, por lo que vale la pena reconocer el trabajo de Luke Fickell como coach interino, dejando a su equipo con marca de 6-6 y esperando jugar en algún tazón de finales de diciembre.
Cierto, no es lo que la gente acostumbra escuchar en Ohio, pero al menos no fue un año de 3-8 o algo así.
Y bueno, sobra decir que es un alivio que una de las rivalidades colegiales más importantes que hay haya visto un cambio después de las siete victorias al hilo de Ohio State.
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