Cuando el Big Ten decidió incrementar su número de integrantes a 12 era un hecho que habría juego por el título de la Conferencia. Después de todo, ese era el objetivo principal de la expansión.
Entonces, con eso en mente, es lógico que más de una ciudad esté pensando en ser anfitriona del primer encuentro por el campeonato de esta conferencia. Los primeros candidatos eran Indianapolis con su estadio Lucas Oil, el Ford Field de Detroit y el Metrodome de Minnesota, todos parte de lo que se conoce como "Big Ten Country".
Pues bien, ahora salen dos ciudades más a la pelea, y ellas tienen una aportación interesante que hacer.
¿Qué les parecería una final del Big Ten jugada a temperatura por debajo del cero?
Según reportes del Chicago Tribune, tanto Chicago como Cleveland han expresado su deseo de ser anfitriones de la final del Big Ten, poniendo como sedes el Soldier Field y el Cleveland Browns Stadium.
Según Tim LeFevour, gerente general del Soldier Field, el grupo que maneja el estadio "hará una fuerte revisión y dará una propuesta", ya que definitivamente están interesados en ser anfitriones de dicho encuentro.
¿Por qué es interesante que estas dos ciudades se apunten? Fácil: la final del Big Ten se jugaría en diciembre, y en esos momentos ambas ciudades tendrán climas sumamente complicados, con mucha nieve, fuertes vientos y temperaturas muy, muy bajas. En pocas palabras: football a la antigua.
"Esto no es football de la SEC," dijo David Gilbert, presidente de la Gran Comisión de Eventos Deportivos de Cleveland. "Esto es football del Big Ten. El clima es parte del juego."
LeFevour estuvo de acuerdo, aunque no fue tan efusivo.
"Mi respuesta es que si debes ver a Chicago como un todo, el aspecto del entretenimiento de traer un juego grande a una ciudad como esta. Chicago es una de las mejores ciudades que hay por aquí."
Y mi única opinión sería: adelante. Los grandes duelos de esta conferencia (Michigan - Ohio State, Michigan - Michigan State, Ohio State - Penn State, etc.) siempre se juegan con frío, en condiciones duras y al aire libre en noviembre. Que el juego por el título de juegue al aire libre en diciembre podría servir para ayudar a preservar algo de la tradición del Big Ten que tanto se teme se ha perdido con la expansión y la casi inminente separación de los equipos en divisiones.
Entonces, con eso en mente, es lógico que más de una ciudad esté pensando en ser anfitriona del primer encuentro por el campeonato de esta conferencia. Los primeros candidatos eran Indianapolis con su estadio Lucas Oil, el Ford Field de Detroit y el Metrodome de Minnesota, todos parte de lo que se conoce como "Big Ten Country".
Pues bien, ahora salen dos ciudades más a la pelea, y ellas tienen una aportación interesante que hacer.
¿Qué les parecería una final del Big Ten jugada a temperatura por debajo del cero?
Según reportes del Chicago Tribune, tanto Chicago como Cleveland han expresado su deseo de ser anfitriones de la final del Big Ten, poniendo como sedes el Soldier Field y el Cleveland Browns Stadium.
Según Tim LeFevour, gerente general del Soldier Field, el grupo que maneja el estadio "hará una fuerte revisión y dará una propuesta", ya que definitivamente están interesados en ser anfitriones de dicho encuentro.
¿Por qué es interesante que estas dos ciudades se apunten? Fácil: la final del Big Ten se jugaría en diciembre, y en esos momentos ambas ciudades tendrán climas sumamente complicados, con mucha nieve, fuertes vientos y temperaturas muy, muy bajas. En pocas palabras: football a la antigua.
"Esto no es football de la SEC," dijo David Gilbert, presidente de la Gran Comisión de Eventos Deportivos de Cleveland. "Esto es football del Big Ten. El clima es parte del juego."
LeFevour estuvo de acuerdo, aunque no fue tan efusivo.
"Mi respuesta es que si debes ver a Chicago como un todo, el aspecto del entretenimiento de traer un juego grande a una ciudad como esta. Chicago es una de las mejores ciudades que hay por aquí."
Y mi única opinión sería: adelante. Los grandes duelos de esta conferencia (Michigan - Ohio State, Michigan - Michigan State, Ohio State - Penn State, etc.) siempre se juegan con frío, en condiciones duras y al aire libre en noviembre. Que el juego por el título de juegue al aire libre en diciembre podría servir para ayudar a preservar algo de la tradición del Big Ten que tanto se teme se ha perdido con la expansión y la casi inminente separación de los equipos en divisiones.
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