El plan en estos momentos es que Louisville, campeón del Big East, enfrente al campeón de la ACC en el Orange Bowl. Por eso la final de la ACC de ayer era importante, ya que daba un boleto directo a un juego del BCS.
Florida State fue el que ganó ese boleto y el título de la conferencia. Ayer vencieron 21-15 a Georgia Tech, aunque no fue un juego tan fácil como se esperaba. La defensiva de los Yellow Jackets contuvo a los Seminoles en 328 yardas ofensivas y provocaron 3 entregas de balón, aunque al final la defensiva de Florida State selló la victoria con una intercepción.
Así que a pesar de su pobre actuación los Seminoles tienen el campeonato de la ACC, algo que no lograban desde el 2005, y de paso irán al Orange Bowl.
Eso sí, todavía no es seguro quién será su rival.
Si en el ranking del BCS Northern Illinois o Boise State quedan rankeados en el lugar 16 como mínimo entonces ellos serán el rival de Florida State. Si eso no pasa entonces Louisville irá a ese encuentro como campeón del Big East.
Georgia Tech, que terminó el año con marca de 6-7 contando la final de la ACC, recibirá un permiso de la NCAA para jugar en un tazón a pesar de tener marca perdedora en estos momentos.
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