Ok, hace menos de 24 horas les decía que para lograr conseguir a Carson Palmer el equipo interesado necesitaba convencer a Mike Brown. Pues resulta que los Raiders lo lograron convencer, esto gracias a que Hue Jackson, coach de Oakland, tiene buena amistad con Brown. Pero eso sí, no fue nada sencillo (o barato).
Resulta que los Raiders llegaron a un acuerdo con los Bengals para obtener a Palmer, QB semi-retirado (o retirado de Cincinnati, siendo más precisos), y todo por solamente 2 selecciones: una de primer round en el 2012 y otra condicional en el 2013.
Esto es, de entrada, muchísimo por un QB con tan poco tiempo restante en la NFL. Palmer ya no es un elemento jóven, ha sufrido lesiones graves y su juego en años recientes no ha sido el mejor. Eso hace que cuestionemos la decisión de los Raiders, pero solamente en el tema de la compensación.
Si hablamos de lo que los Raiders obtuvieron, entonces no es mala idea haber ido por Palmer.
Tras la lesión de Jason Campbell (que lo tendrá fuera al menos seis semanas) las opciones de Oakland se redujeron a Kyle Boller y Terrelle Pryor. Y si tomamos en cuenta que Pryor es un novato sin experiencia y Boller es, bueno, Kyle Boller, entonces no hay mucho material para trabajar. Es ahí donde los Raiders hicieron bien.
Pero sobra decir que las palabras "compras de pánico" sirven bastante en este caso.
En fin, los Raiders necesitaban un QB dada su situación y lo consiguieron. De paso le dieron un buen pasador a su ofensiva (al menos un tanto mejor que Campbell) y parece que podrán seguir pensando en playoffs. Los Bengals, que andan bastante bien, se hicieron de un par de picks sólidos que ayudaran a seguir construyendo el equipo, y Carson Palmer consiguió lo que buscaba: nunca regresar al Paul Brown Stadium.
Bueno, al menos no hasta el próximo año, cuando los Bengals reciban a los Raiders bajo el actual sistema de calendarios.
1 comentario:
Me parecio un buen movimiento, pero ridiculo todo lo que dieron por Palmer, si vas a dar 2 primeras seleccion por Carson palmer, mejor da 3 por Andrew Luck.
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