Ya comentamos ayer el caso de Christian McCaffrey, que decidió no jugar el tazón con su universidad para evitar una lesión. En ese juego su QB salió lesionado, y ahora surge otro ejemplo de los riesgos de jugar un último partido: Jake Butt de Michigan también salió lesionado.
Butt, ala cerrada de los Wolverines y prospecto de primer round para el próximo draft, decidió jugar el Orange Bowl con Michigan, siguiendo el camino opuesto de McCaffrey. Y ayer sufrió una lesión de rodilla que pone en duda su futuro próximo.
Durante la derrota de Michigan ante Florida State Butt salió lesionado de la rodilla, y aunque Jim Harbaugh dijo no saber la gravedad de la lesión, si dijo que era "una ruptura del ACL o el MCL". De ser así van a pasar varias cosas.
Primero que nada, Butt no podrá participar en el Combine. Tampoco podrá probarse para los equipos de la NFL previo al draft. Es más, es probable que no vaya a estar listo para iniciar su temporada de novato. Todo eso puede provocar que caiga en la lista de los equipos, pasando del primer round al segundo o tercero, esto porque los conjuntos de la NFL ya verán un riesgo adicional al seleccionar un jugador que viene saliendo de una lesión severa.
Eso sí, Butt declaró que no se arrepiente de haber tomado la decisión de jugar el Orange Bowl.
"Nunca pasó por mi mente sentarme este partido y nunca voy a cambiar esa manera de pensar. Juego este juego porque lo amo, por mis compañeros y mis coaches." escribió Butt en su cuenta de twitter.
Y bueno, esto es algo que, una vez más, ayuda a consolidar la opinión de Christian McCaffrey y Leonard Fournette de LSU de no jugar el tazón para enfocarse en el draft. Mientras ellos mantuvieron su status y se dirigen a la NFL en perfectas condiciones, Butt tendrá que escalar ahora una montaña que hubiera podido evitar si se hubiera sentado en el Orange Bowl.
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