
El Fiesta Bowl debe ser tal vez el partido más llamativo de toda la temporada de tazones sin contar la final nacional, y no es para menos. De hecho este duelo iba a ser la final nacional hasta noviembre.
El Fiesta Bowl tendrá como invitados a Oregon y Kansas State, dos equipos que estuvieron a 1 juego de llegar al BCS National Championship Bowl. Y será un duelo sumamente explosivo.
Llegado el 17 de noviembre Oregon y Kansas State estaban invictos y rankeados como los equipos 1 y 2 en el BCS, con Notre Dame en tercer lugar. A dos semanas de terminar la temporada los dos cayeron.
Kansas State fue apaleado 52-24 por Baylor (que no estaba rankeado) y Oregon cayó 17-14 contra Stanford. Esto provocó que ambos fueran saltados en los rankings por Notre Dame y Alabama, que fueron los eventuales competidores del BCS Bowl. Eso dejó a Ducks y Wildcats camino a Arizona para jugar el Fiesta Bowl.
El duelo será muy interesante, con ambos conjuntos rankeados dentro del Top 10 y sumando una marca de 22-2.
Collin Klein, QB de KSU, terminó tercero en la votación al Heisman, y fue precisamente la actuación ante Baylor la que perjudicó su fuerta candidatura. Contra los Bears corrió para 39 yardas y tuvo 3 intercepciones. En la temporada Klein tuvo 890 yardas terrestres por 2,490 aéreas y 37 TDs totales.
La ofensiva de Kansas State es bastante poderosa, promediando 40.7 puntos por encuentro. Eso sí, se quedaron por debajo de los 30 en cuatro ocasiones, tres de ellas en los siete juegos finales.
Eso es algo que no le pasa muy seguido a Oregon, una de las mejores ofensivas de todo el football colegial desde hace varios años. Los Ducks promedian 50.8 puntos por partido, solamente detrás de Louisiana Tech (51.5).
Kenjon Barner, que terminó noveno en la votación al Heisman, tuvo 1,624 yardas y 21 TDs para ayudar al ataque terrestre de Oregon a terminar tercero en la nación (323.3 yardas por juego). La mejor actuación de Barner vino contra USC, corriendo para 321 yardas y 5 TDs en la victoria de Oregon por 62-51.
Barner y los Ducks enfrentarán una fuerte defensiva de Kansas State, que permite 99.3 yardas terrestres por juego. La única excepción fue, claro está, el juego contra Baylor, donde aceptaron 342 yardas de los Bears.
La defensiva de Oregon no es tan sólida contra el juego terrestre, aceptando al menos 190 yardas en cuatro de sus siete juegos finales.
Eso sí, las dos defensivas son muy efectivas robando balones. Oregon terminó el año como líder de la NCAA con 39 robos de balón, mientras que Kansas State se llevó 31.
Marcus Mariotta, QB de Oregon, no tuvo problemas con las intercepciones, lanzando apenas 6 en 312 intentos de pase por 30 TDs. Mariotta tuvo además 469 yardas por tierra. Cierto, no es Colin Klein, pero es bastante bueno. Y mejor todavía, es freshman.
Con todos los ingredientes puestos es de esperar que el partido sea sumamente emocionante, muy al estilo del 41-38 que vimos el año anterior entre Oklahoma State y Stanford.
Este además puede ser el último juego de Chip Kelly como coach de Oregon. El coach de los Ducks está siendo buscado por varios equipos de la NFL, y parece que este será el año en que de el salto al profesionalismo. Se sabe que mañana comienza a entrevistarse.
Esta será la primera vez que estos dos equipos se enfrenten. Oregon está apareciendo en su octavo tazón consecutivo y cuarto del BCS al hilo. Kansas State ha perdido sus cuatro tazones jugados desde el 2002.
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