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sábado, 26 de enero de 2013

Desde el Sur: Gramática, a 10 años de la gloria


Sudamérica lograba su momento de mayor gloria en el football americano. Más que nada, porque tuvo a su primer (y por ahora único) jugador en alzarse con el Trofeo Lombardi (tercer latinoamericano si no me equivoco, antes lo hicieron los mexicanos Efren Herrera y Raúl Allegre). Por si no se dieron cuenta, estoy hablando del protagonista de la foto que abre cada post esta sección: Martín Gramática.


Este logro se dio en una época en la que la era de la comunicación no estaba totalmente desarrollada. Internet no estaba tan arraigada en nuestras vidas como ahora. De hecho, en aquel entonces, Mark Zuckerberg, hombre fuerte de Facebook, estaba estudiando en Harvard, algunos de los creadores de Twitter, como Evan Williams o Biz Stone, estaban más avocados a Blogger, que en pocos días más tarde se vendería a Google, y  los inventores de YouTube, Steve Chen, Chad Hurley y Jawed Karim, aún estaban trabajando en PayPal, por citar un par de ejemplos.

Y no sólo eso: cuando los Tampa Bay Buccaneers vencieron a los Oakland Raiders en San Diego, el football americano en la región no estaba muy desarrollado. De hecho, aquí sólo se jugaba flag football. La implementación de pads vino años después. Justamente, Sergio Biagini, presidente de Football Americano Argentina (fundado en 2004) comentó en una entrevista realizada en 2007: "Si Martín hubiese seguido jugando bien, habría sido otra cosa. Fue una lástima que se haya lesionado".

En la misma sintonía opina quien escribe estas líneas: si a Gramática lo hubiese operado un cirujano y no "un carnicero", tal como declaró en una reciente entrevista para ESPN con Sebastián Martínez Christensen (o sea, "El Gurú de las Diagonales"), la importancia del football por estos lares sería mayor. Más aún si su físico y su puntería hubiesen resistido un año más. Porque su último equipo fue New Orleans, y fue cortado en medio de la temporada previa al título obtenido en Miami en 2000. ¿Se imaginaban otro Super Bowl con Gramática en la cancha, con el agregado de las redes sociales y las distintas ligas sudamericanas que juegan equipadas? Habría sido una revolución grande.

Por ejemplo, quizá sus celebraciones podrían ser definidas como #Gramaticaing. Bueno, en realidad, no es la mejor opción. Lo importante fue que sus vehementes festejos tras cada gol de campo fueron algo que lo caracterizaba bastante. "Tras acertar me sentía como si estuviese anotando un gol en el fútbol (soccer). Al ver que lo hacía también en patadas de 20 yardas, me miraban raro. Pero sentía que, sean patadas de 20 o 50 yardas, todas valen tres puntos".

Esos festejos no sólo eran suyos, sino también de su hermano Bill. Sin embargo, él no tuvo mucha buena suerte, ya que al celebrar un FG para Arizona contra los New York Giants sufrió una rotura de ligamentos en su rodilla. "Cuando alguno me dice que fui yo quien se lesionó en un festejo, le respondo que yo soy el atleta de la familia, y que se aterrizar. Con las veces en las que él estuvo en los Not Top Ten de Sportscenter, digamos que tuvo más minutos de aire que yo".

Si él era vehemente en los festejos de goles de campo, ¿cómo no iba a serlo cuando ganó el Super Bowl? Sus declaraciones tras aquel partido son tan recordadas como los doce puntos que hizo aquella noche. Si bien no está el video (tendrían que subirlo a Youtube), sí tengo una transcripción de las más picantes:
"Es para todos los bolu... que no confiaban en nosotros. Para todos aquellos que decían que en Philadelphia nos iban a ganar. ¡Ahí tienen, hijos de p...". 
Además, también se acordó de Sebastian Janikowski, con quien tiene un problema personal ya que él le sacó la titularidad a Bill en los Seminoles de Florida State, haciendo que se vaya a South Florida: "Las estadísticas no mienten: yo terminé con 12 puntos, él con tres". Hoy, a una década, admite que le hacen muchos chistes con estas frases casi dignas de Diego Maradona.

Justamente, su ídolo es el 10. Ese fue el motivo por el cual escogió ese número en Kansas State, su alma mater. No sólo eso, cuando se fue Shaun King del equipo, aprovechó para cambiar la 7 que usaba hasta aquel entonces, y lucir ese número. Pero su historia con Maradona no terminó allí. Regresando a la entrevista con el Gurú, él revela que una radio de Argentina pudo hacer un contacto entre él y Diego, quien le comentó que él era fiel seguidor de la NFL, algo que ratificó en 2009. La alegría de Gramática por aquel llamado no se pudo ocultar.

Pero, además de Maradona, también estuvo con otros hacedores de juego. No de fútbol soccer, precisamente. Luego de su estadía en Tampa, fue compañero de equipo de Peyton Manning en Indianapolis, donde se reencontró con Tony Dungy (a quien tiene mucho más en consideración respecto a su sucesor -y quien llevase a los Bucs a San Diego-, Jon Gruden), de Tom Brady en New England (compitió con Stephen Gostkowski por la titularidad y perdió, siendo cortado previo al inicio de la temporada), y de Drew Brees en New Orleans, su último equipo. Tres mariscales de campo que tienen prácticamente asegurado un lugar en Canton, Ohio. Dato que no es menor para nada, y que no es muy difundido, más allá de que, salvo con Brees, estuvo poco tiempo con ellos.

Hoy en día, Martín tiene con sus hermanos Bill y Santiago la compañía "Gramática SIPS", que se encarga de la construcción de casas ecológicas. Sin embargo, el recuerdo de los aficionados argentinos (y, por qué no, latinos), quedará ligado para siempre con aquel 26 de enero de 2001, cuando los Buccaneers se quedaron con la gloria.

   

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