Aaron Rodgers es un QB de Pro Bowl. El problema es que no le gustó lo que vio cuándo fue a Hawaii, en particular con el esfuerzo de los demás llamados a este juego. Y hasta el día de hoy sigue con una opinión negativa del Pro Bowl.
"Después de la experiencia del Pro Bowl, las cosas que sucedieron en el hotel, durante la semana y en el juego, simplemente creo que fue decepcionante. No solo yo, el staff de coaches que trajimos y los fans. Vamos, estoy sentado ahí, compré seis boletos para tener a seis personas en las gradas viendo el partido y me sentí avergonzado por ellos así que pensé que era adecuado que dijera algo al respecto." dijo Rodgers al Green Bay Press-Gazette.
Ahora, Aaron Rodgers no descubrió el hilo negro pero definitivamente está marcando algo que, parecía, solo los fans habíamos notado: el Pro Bowl es un juego de nivel extremadamente bajo, poco relevante y que no merece la atención de nadie.
Y como dice Aaron Rodgers: si los jugadores no lo van a tomar en serio, no hay motivo para jugarlo.
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