El día de hoy se juega el FedEx Orange Bowl, que enfrenta a los equipos 9 y 10 de los rankings. Y aunque a primera vista el duelo sea poco atractivo, es bueno comentar algunos puntos interesantes de este juego.
De entrada este es el típico duelo de "gran ofensiva contra tremenda defensiva", con Georgia Tech llegando a este duelo con marca de 11-2 en la segunda temporada de su coach Paul Johnson. Los Yellow Jackets son campeones de la ACC por primera vez desde 1990. Iowa, comandados por el coach Kirk Ferentz y su fuerte defensiva, llegan a este encuentro con marca de 10-2, siendo segundos en la Conferencia Big Ten.
Georgia Tech es el equipo número 11 de la NCAA en ofensiva total, mientras que Iowa es la defensiva número 11. Así que sin lugar a dudas es un duelo llamativo, sobre todo porque los números tendrán que imponerse para algún bando. Porque mientras los Yellow Jackets promedian 442.7 yardas (307.2 por tierra) los Hawkeyes permiten 286.7 yardas (122.0 por tierra).
De manera similar, los Yellow Jackets tienen promedio de 35.3 puntos anotados por encuentro (11 de la NCAA) mientras que Iowa permite apenas 15.5 (10 de la NCAA)
Y si Iowa quiere que sus estadísticas sean las que prevalezcan, tienen que lograr detener al QB Josh Nesbitt y el RB Jonathan Dwyer. Dwyer tuvo 1,346 yardas por tierra y 14 TDs, mientras que Nesbitt aportó 991 yardas y 18 TDs también por la vía terrestre. Todo esto para que Georgia Tech terminara el año con 46 anotaciones terrestres, segundos en la NCAA. Lo curioso de Nesbitt es que por aire no es tan peligroso, promediando apenas 11.8 pases por encuentro, con 10 TDs y 4 intercepciones en la temporada.
Para Iowa el secreto de la ofensiva es el QB Ricky Stanzi y el RB Adam Robinson, que estarán regresando de lesiones. Cuando Stanzi estuvo sano los Hawkeyes estaban 9-0, hasta que se lastimó contra Northwestern en una derrota por 17-10. Robinson aportó 775 yardas terrestres mientras estuvo activo.
La ausencia de Stanzi es más significativa en el aspecto de liderazgo que en cuanto a estadísticas, pues el QB de los Hawkeyes apenas lanzó para 15 TDs y 14 intercepciones en lo que terminó siendo una ofensiva de Iowa que promediaba 330.8 yardas por partido (93 de la NCAA).
Georgia Tech estará haciendo su debut en un tazón del BCS, lo que representa su primer tazón importante desde que jugaron este mismo Orange Bowl en 1967. Para Iowa esta será la segunda vez que estén en un tazón del BCS, con su anterior aparición viniendo también en el Orange Bowl, donde perdieron con USC 38-17 en el 2003.
Este será además el primer enfrentamiento entre ambas universidades.
En nuestro pronóstico, iremos con Iowa por marcador de 23-17.
Bitacoras.com: NCAA Futbol Americano Tazones Colegiales BCS
De entrada este es el típico duelo de "gran ofensiva contra tremenda defensiva", con Georgia Tech llegando a este duelo con marca de 11-2 en la segunda temporada de su coach Paul Johnson. Los Yellow Jackets son campeones de la ACC por primera vez desde 1990. Iowa, comandados por el coach Kirk Ferentz y su fuerte defensiva, llegan a este encuentro con marca de 10-2, siendo segundos en la Conferencia Big Ten.
Georgia Tech es el equipo número 11 de la NCAA en ofensiva total, mientras que Iowa es la defensiva número 11. Así que sin lugar a dudas es un duelo llamativo, sobre todo porque los números tendrán que imponerse para algún bando. Porque mientras los Yellow Jackets promedian 442.7 yardas (307.2 por tierra) los Hawkeyes permiten 286.7 yardas (122.0 por tierra).
De manera similar, los Yellow Jackets tienen promedio de 35.3 puntos anotados por encuentro (11 de la NCAA) mientras que Iowa permite apenas 15.5 (10 de la NCAA)
Y si Iowa quiere que sus estadísticas sean las que prevalezcan, tienen que lograr detener al QB Josh Nesbitt y el RB Jonathan Dwyer. Dwyer tuvo 1,346 yardas por tierra y 14 TDs, mientras que Nesbitt aportó 991 yardas y 18 TDs también por la vía terrestre. Todo esto para que Georgia Tech terminara el año con 46 anotaciones terrestres, segundos en la NCAA. Lo curioso de Nesbitt es que por aire no es tan peligroso, promediando apenas 11.8 pases por encuentro, con 10 TDs y 4 intercepciones en la temporada.
Para Iowa el secreto de la ofensiva es el QB Ricky Stanzi y el RB Adam Robinson, que estarán regresando de lesiones. Cuando Stanzi estuvo sano los Hawkeyes estaban 9-0, hasta que se lastimó contra Northwestern en una derrota por 17-10. Robinson aportó 775 yardas terrestres mientras estuvo activo.
La ausencia de Stanzi es más significativa en el aspecto de liderazgo que en cuanto a estadísticas, pues el QB de los Hawkeyes apenas lanzó para 15 TDs y 14 intercepciones en lo que terminó siendo una ofensiva de Iowa que promediaba 330.8 yardas por partido (93 de la NCAA).
Georgia Tech estará haciendo su debut en un tazón del BCS, lo que representa su primer tazón importante desde que jugaron este mismo Orange Bowl en 1967. Para Iowa esta será la segunda vez que estén en un tazón del BCS, con su anterior aparición viniendo también en el Orange Bowl, donde perdieron con USC 38-17 en el 2003.
Este será además el primer enfrentamiento entre ambas universidades.
En nuestro pronóstico, iremos con Iowa por marcador de 23-17.
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