El duelo entre Seahawks y Redskins era considerado "la batalla de los QBs novatos". Lamentablemente sólo uno llegó en condiciones de poder jugar todo el partido, y ese fue el que pudo llevar a su equipo a la siguiente ronda.
Después de irse abajo 14-0 en el primer cuarto, los Seahawks anotaron 24 puntos sin respuesta gracias a que Robert Griffin III no pudo ser el que era hasta antes de la lesión contra los Ravens. La defensiva aprovechó eso para contener a Alfred Morris y darle a su ofensiva las oportunidades de ir machacando a una defensiva de Washington que trató de mantener la ventaja lo más que pudo.
Griffin comenzó a cojear después de la primera serie y conforme el partido avanzó se hizo más evidente que estaba muy lejos de estar listo para el juego. Obviamente el juego físico de la defensiva de Seattle ayudó a que la lesión se resintiera y eventualmente RGIII tuvo que salir en el cuarto cuarto, justo depués de perder un balón en un mal centro. Los Seahawks anotaron el 24-14 después de ese balón suelto.
Russell Wilson tuvo un juego sólido, pasando para 187 yardas y 1 TD y corriendo para 67 yardas más. Marshawn Lynch, que sigue siendo la pieza central de los Seahawks a la ofensiva, tuvo 132 yardas por tierra y anotó el TD que puso adelante a su equipo.
Con esto los Seahawks siguen adelante en los playoffs y ahora irán a Atlanta, donde seguramente tendrán un duelo muy interesante contra los Falcons.
Porque algo es seguro: estos Seahawks lucen muy bien.
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