Tom Brady no es un mal QB. Lo interesante es que no está siendo el QB que él pensó que iba a ser este año. Y eso le puede costar cinco millones de dólares.
Brady tiene cinco incentivos en su contrato de este año, mismos que le pagarán un millón de dólares cada uno si los cumple. Estos incentivos consisten en que el QB de los Patriots termine en el Top 5 en yardas por pase, touchdowns por pase, rating, porcentaje de pases completos y yardas por intento de pase.
Con 12 partidos ya jugados, que representan el 75 por ciento de la temporada, Brady no está en el Top 5 en ninguna de esas categorías, y está algo lejos de colocarse en esa posición: es noveno en yardas por pase (3,342), decimocuarto en touchdowns por pase (20), decimoquinto en rating (96.8), vigésimo primero en porcentaje de pases completos (65.9) y decimoprimero en yardas por intento de pase (7.7).
Estos incentivos se pusieron en el contrato de Brady con la intención de poner su salario más o menos en el nivel de los demás QBs titulares. Brady tiene programados 14 millones por esta temporada, y esos incentivos lo pondrían en 19 millones. Eso está ligeramente abajo del salario promedio de los QBs mejor pagados de la liga, donde todos ganan 20 millones de dólares anuales.
El próximo año, el último en el contrato de Brady, tiene programado ganar otros 14 millones. Será interesante ver si acepta ese salario y si decide tomar la opción de más incentivos, sobre todo después de una temporada donde las cosas no salieron bien en ese departamento.
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