Nuevamente los Borregos Salvajes protagonizarán un juego de invictos, está vez lo harán cuando visiten a los Aztecas de la UDLAP el sábado a las 13:00 horas en Cholula Puebla.
El Templo del Dolor, cancha de los Aztecas, se ha convertido en una plaza complicada para el equipo regiomontano. Desde que nació la Conferencia Premier, los Borregos se han metido al Templo en cuatro ocasiones, con saldo de una victoria y tres derrotas. La derrota más significativa se dio en el 2010 cuando los Aztecas le ganaron la final al Campus Monterrey.
“Hemos revisado los videos y las derrotas se deben a errores de concentración, más que nada en los primeros dos cuartos”, confesó el ala defensiva de los Borregos, Mario Soto.
A pesar de que el partido luce complicado, los jugadores concuerdan que este tipo de partidos son los que más les gustan y al mismo tiempo son de mayor utilidad.
“Este tipo de partidos son los que nos gustan: de visita, en un ambiente hostil, pesado y duro”, declaró Soto. “Para eso nos hemos estado preparando y espero que el resultado sea diferente al de años anteriores”, agregó.
Los locales llegan a la cita tras arrancar la temporada de manera perfecta, con tres victorias consecutivas. El pasado fin de semana, se metieron a la cancha del Campus Santa Fe y consiguieron una amplia victoria por marcador de 71-18.
Sin embargo, los Borregos están convencidos de interrumpir el gran arranque que tienen los de la Universidad de las Américas. Los jugadores tienen cuentas pendientes en el campo de los Aztecas, y algunos como Mario Soto tendrán el sábado una última oportunidad para revertir la situación.
“Ya es mi último partido en el templo del dolor, mi último año y quiero irme victorioso de ese estadio y jugar la final en el Tec”, aceptó el ala defensiva de los Borregos.
Para el equipo del Coach Cesar Martínez, el duelo ante los Aztecas será crucial en caso de querer continuar con el sueño de ganar el tricampeonato de manera invicta. No hay margen de error para el Campus Monterrey, y para eso se han preparado bien.
Por: Bassam Hammoud. Cortesía CONADEIP.
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