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domingo, 13 de enero de 2013

Pats y Texans dejan las cosas claras


En el último partido de la ronda divisional tanto Patriots como Texans dejaron las cosas muy en claro. Uno es un contendiente al Super Bowl. El otro está lejos de serlo.


New England volvió a anotarle más de 40 puntos a los Texans, ahora ganando por marcador de 41-28 en el juego divisional, con lo que los Pats consiguen su pase a la final de la AFC para enfrentar a los Ravens por segundo año consecutivo. Y una vez más los Patriots mostraron de lo que son capaces de hacer en estas rondas.

Tom Brady tuvo otro juego maravilloso: completó 25 de 40 pases para 344 yardas y 3 TDs, todo parte de lo esperado con él. El juego terrestre funcionó con Stevan Ridley y Shane Vereen, que sumaron 123 yardas y 2 anotaciones entre ambos, mientras que Wes Welker volvió a ser el receptor estelar con 131 yardas por recepción.

Y aunque Rob Gronkowski y Danny Woodhead salieron por lesión, los Pats no se quedaron sin armas. Aaron Hernandez tuvo 85 yardas y Shane Vereen sumó otras 83 con 2 anotaciones. Todo eso es parte de lo que New England es: un equipo lleno de recursos que está listo para volver a pelear por el Super Bowl.

Los Texans, por su parte, confirmaron la creencia de muchos: están a dos piezas de ser un equipo realmente competitivo. Y esas dos piezas son cruciales, ya que son el QB y el coach.

Matt Schaub tuvo 343 yardas en el encuentro, pero una buena parte vino cuando el juego ya estaba fuera de alcance. De hecho uno de sus dos TDs llegó sobre el final del partido, y él tuvo una intercepción que pesó en el resultado. Y sus problemas para tomar decisiones en el campo hizo juego perfecto con los problemas de Gary Kubiak para tomar decisiones desde la banca.

Durante buena parte del partido los Texans lucieron faltos de ideas a la ofensiva y tuvieron cualquier cantidad de problemas para convertir terceras oportunidades porque las jugadas mandadas eran francamente malas. Eso es culpa del coach, y Gary Kubiak debe aceptarlo.

Los Texans tienen buenas armas a la ofensiva, empezando por Arian Foster y Andre Johnson. Cada uno rebasó las 90 yardas en el encuentro, y Owen Daniels aportó otras 81 yardas en el partido. Vamos, Foster volvió a mostrar que puede ser un excelente receptor al tener 63 yardas y 1 TD por la vía aérea. Pero otra vez, este equipo no tiene un duo QB/Coach de elite. Y eso quedó claro hoy.

Houston es un buen equipo, con talento y destinado a seguir llegando a playoffs. El problema es que con Kubiak como coach las cosas no irán más lejos. Y uno eventualmente se va a preguntar que tanto más puede mejorar Matt Schaub. Ambos llevan buen tiempo en el equipo y da la impresión de que no hay punto de ascenso restante.

En otras palabras: Gary Kubiak es la nueva versión de Norv Turner y los Chargers. Eso es lo que los Texans demostraron hoy.

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