Formación Escopeta: Desde el Sur: El Blog del Campeón

El sábado fue el Tazón Austral VIII. A pesar de lo que pretendía en principio, no pude estar en Comunicaciones a esa hora. Pero no quería dejar este partido sin post. Por eso, decidí reeditar por esta vez la sección "El Blog del Jugador".

El elegido cumplía con todos los requisitos para ser el encargado de este post: no sólo es jugador del equipo que terminó siendo el campeón de la liga, sino también es uno de los que lleva adelante el sitio web de Football Americano Argentina. Estámos hablando de Tomás Kouba, hombre de Corsarios, quien fue determinante en este encuentro, y a quien le agradecemos su predisposición para escribir lo que vendrá a continuación:

CORSARIOS 2012: LA CRÓNICA DEL CAMPEÓN

El Sábado 27 de Octubre del 2012 no será nunca un día mas, ni para mí, ni para Corsarios, ni para la Liga de Football Americano Argentina. Éste día, en cl Club Comunicaciones, se disputó el Tazón Austral VIII en el cual el equipo pirata derrotó a Cruzados en una agónica final por 20-19, con el mariscal Federico Poy como figura. La temporada 2012 representaba el séptimo año de existencia del equipo en la Liga, y el segundo en mi cuenta personal. Ingresado en el 2011, al campeón defensor (Corsarios Campeón 2010), eran muchas las expectativas que fueron poco complacidas debido al último puesto obtenido; pero la experiencia individual y colectiva adquirida, en un conjunto que atravesaba un periodo de restructuración, fue de una importancia incalculable. Un arranque con tropiezos, pero prometedor en cuanto al rendimiento, auguraba lo que habría de verse en el resto de la temporada regular. El plantel que continúa en un proceso de crecimiento, comenzaba a lograr un funcionamiento fluido, y que con el correr de las semanas se iba profundizando cada vez más, consiguiendo de esta manera un invicto de 3 partidos e ingresando a los playoffs como tercer clasificado.

La post-temporada representaba un desafío aun mayor, ya que a diferencia de otros años, constaba de una instancia de Wildcard, además de la Semifinal y Final ya habituales en el sistema argentino. El primer partido, una durísima victoria por 24-21 sobre Legionarios (0-5), configuraba un empujón anímico para seguir adelante, en donde a pesar de no tener un gran partido, se pudo salir airosos entrando de lleno a las semifinales. En esta instancia, un duro enfrentamiento era el que nos esperaba, y Osos Polares (4-1) era el rival a vencer. Victoria por 25-22 fue el saldo de un enfrentamiento igual de duro que el anterior, en donde una vez más nos hacíamos con la victoria, esta vez faltando menos de 1 minuto por jugarse.

Y llegamos así a la gran final, el Tazón Austral, el sueño de todo jugador de Football Americano Argentino. Era mi primer final, y la segunda para Corsarios, quienes ya habían obtenido el título en el 2010 frente a Jabalíes. Pero este Tazón era totalmente distinto, no solo para el equipo, sino también para la Liga. Los rivales que se irían a batir a duelo por la gloria, eran ni más ni menos que dos acérrimos rivales, el clásico que todos quieren observar, pero del cual se disfruta mucho más dentro del campo. El gran contrincante era el mejor equipo de la temporada, el invicto Cruzados (5-0).

Este encuentro era más que un simple partido, era mucho más. Representaba el retiro de varios jugadores claves para el equipo, representaba cerrar un año de trabajo de la mejor manera, era el premio por haber hecho las cosas bien, pero lo más importante, era LA final, contra el clásico rival. Y no solo era por el hecho de ser el rival histórico, sino porque el presente que mostraban era abrumador, con records en estadísticas, blanqueando a sus rivales, con un invicto impactante, y con jugadores en un nivel altísimo; todos datos que lo marcaban como claro favorito. Pero desde abajo, corriendo de atrás en la temporada llegábamos nosotros, y es donde más cómodo nos logramos sentir. Potenciados al máximo, y esperando dar el 110%, encaramos el partido, el último del año, y el más importante de nuestras vidas.

El duelo comenzaba de una manera soñada. El primer cuarto fue un monólogo, nuestro monólogo, y como si fuera un sueño, me tenía a mí como protagonista. Tras frenar a la hermandad en ocasiones consecutivas, la ofensiva bucanera era la que podía plasmar sus acciones en puntos. Nuestro primer ingreso a la cancha derivó en una anotación de 20 yardas, gracias al envío aéreo de Poy para quien escribe estas palabras, recibiéndolo dentro del endzone. Casi como de repente, y sin darnos cuenta nosotros ni los rivales, ya tomábamos la delantera por 6-0. Una alegría inmensa me invadía, de anotar en la final, para el equipo que tanto me había apoyado, y contra el contrincante más duro. Era mi 6ta anotación del año, y 4ta contra este conjunto en mis dos temporadas jugadas.

Pero como si no fuera poco, el siguiente ingreso de nuestra ofensiva a la cancha sería un suceso inigualable, el cual recordaré por siempre. La primera jugada recaía nuevamente en mí, esta vez era un acarreo la jugada seleccionada por nuestro gran entrenador, Cesar Liatti. Como lo he sabido hacer en otras ocasiones, e inspirado por la gran figura de nuestro equipo a quien por suerte tengo como referente dentro del campo, Federico Poy, me decidí a correr con el balón, realizando un slalom, buscando los huecos que abrían mis compañeros con sus bloqueos, y avanzando hacia tierra prometida. 45 eternas yardas que se esfumaron en un segundo, y de nuevo me encontraba en la zona de anotación. Casi sin poder creerlo, nos encontrábamos 2 TD encima del rival, que no entendía que estaba pasando, ya que no era una situación a la que se hubieran acostumbrado este año. Y anonadado quedaba yo, teniendo un comienzo de partido de ensueño, en el cual no solo alcanzaba una superación personal inmensa, sino que podía retribuir al equipo de lo mucho que ha hecho por mí. Lograba así mi séptima anotación del año, mejorando las cinco obtenidas en 2011, lo que no hace mas que demostrar el crecimiento que poco a poco se obtiene con esfuerzo y dedicación.

El segundo cuarto fue la otra cara de la moneda, nuestro ataque dejo de sorprender, y la defensa comenzó a flaquear. Pero sin desmerecer a Cruzados, que estando por debajo en el marcador, era ineludible que debieran salir a mostrar su mejor nivel si no querían irse con las manos vacías. Y así lo hicieron, siguiendo la fórmula que tantos frutos les dio en estos últimos meses. Balones aéreos de Haberl para Scala y para su receptor favorito, el norteamericano Alton Voss; sumados a corridas de Crespo e Ibarra, eran las variantes que tenia la hermandad para ganar las yardas. Unas yardas que poco a poco fueron obteniendo, ubicándose así a menos de 10, en donde con un pase a Mauro Scala lograban el descuento. Tras recuperar el balón, repetían la formula y se acercaban a la zona de anotación. A menos de 5, el propio mariscal era quien se disponía a llevar el balón al endzone, y lo lograría, empatando así el partido en 12 tantos por lado.

El entretiempo nos encontraba golpeados por el gran levantamiento de los verde y plata, pero por otro lado, era un gran entusiasmo el que teníamos, ya que habiendo demostrado que podíamos anotar, retomar la delantera no parecía ser una mera utopía. De todas formas, al volver a la cancha, parecía que ambos equipos estaban igual de precavidos, por lo que el tercer cuarto transcurrió sin pena ni gloria; pero ésta final se guardaba lo mejor para el final.

Último cuarto, el último del partido, de la temporada, del año, del cual solo uno saldría victorioso. Cruzados daba el primer golpe, ya que tras varios avances, se posicionó en una optima posición para anotar, a menos de 20 yardas de nuestro endzone. El receptor elegido por Haberl para adelantarse en el marcador era Alton Voss, quien a pesar de ser el que más pases de TD había recibido en la temporada, hasta el momento había sido muy bien anulado por un perfecto trabajo tanto de Denegri como de Herrera. Pero la precisión tanto del lanzador como del WR fueron suficientes para establecer un 19-12 difícil de remontar, pero no imposible. Una defensa férrea era la encargada de custodiar la ventaja, y así lo hicieron frenando a nuestra ofensiva, y recuperando el balón en el redzone. Con Haberl de nuevo en cancha, con menos de 20 yardas por recorrer, y un tiempo restante no mayor a 3 minutos, parecía ser un duelo acabado. Tres intentos fallidos dejaban a la hermandad con la posibilidad de aunque sea anotar un gol de campo, estirando la ventaja así a dos posesiones, lo que sellaría su victoria. Pero el milagro comenzaba a asomarse, y un gran bloqueo de patada de Juan Cruz Elizalde mantenía con vida las esperanzas de campeonar para Corsarios.

1:27 de juego indico el arbitro, y al igual que contra Osos Polares en Semifinales, comenzaría una serie ofensiva que dará que hablar por muchos años mas. A base de pases cortos y corridas de Poy, el balón se fue acercando prolijamente hacia campo contrario. Con poco menos de 15 segundos por jugarse, y con 20 largas yardas por avanzar, se disponía el mariscal a encabezar el ultimo ataque de la tarde. Enviando a todos sus receptores a la zona de anotación, y con una línea ofensiva que lo abasteció de eternos y valiosísimos segundos para arrojar el balón, Federico Poy, la llave que hace engranar al ataque pirata, se desprendió del balón buscando destino de TD; y así fue, ya que en las manos de Maximiliano Casas terminaba el ovoide, quien ya dentro del endonze rival no hacia más que asimilar la hazaña que acababa de lograr. Con un punto detrás en el tanteador, 18-19 hasta ese momento, el entrenador Cesar Liatti tomo la decisión más difícil. “¡Vamos a ganar!” fueron sus palabras, que llenaron de orgullo y aliento a quienes las escuchamos. Jugada de dos puntos era el objetivo, y el autor no seria otro que el QB. Un amague con el corredor, y unos pequeños gigantes pasos para ingresar a la gloria.

En la historia se grabará este 20-19, que sentenció el partido, que sorprendió a cientos de aficionados, y que quedará guardado en la memoria, por siempre y para siempre, de quienes supimos ser parte de este CORSARIOS CAMPEON 2012.