Como seguramente ya saben, el día de hoy Al Davis murió. Y su muerte representa un momento histórico no solo para los Oakland Raiders, el equipo que él vió nacer y en el que tuvo una infinidad de puestos (desde coach hasta dueño). La partida de Al Davis marca el final de una era en la NFL.
Al Davis nunca fue un dueño común. Mucho antes de que Jerry Jones o Dan Snyder llamaran la atención de los medios por sus actitudes extrañas, Davis ya era un viejo conocido de la liga.
Desde que la NFL competía con la AFL, Al Davis ya era llamativo. El entonces comisionado de la American Football League sostuvo un pleito histórico con Pete Rozelle, el entonces comisionado de la NFL. Bueno, Davis fue de los pocos propietarios de la AFL que se opuso a la unión con la NFL, y cuando esta se consolidó él decidió renunciar como comisionado.
Vamos, Al Davis demandó a la NFL en más de una ocasión porque no lo dejaron mover a su equipo de ciudad, porque no lo apoyaron para construir un nuevo estadio y básicamente todo lo que se le pudiera ocurrir.
Pero eso es lo que Al Davis siempre fue: una figura controversial, llena de fuerza y, siendo honestos, muy benéfica para la liga.
Cierto, los últimos años fueron muy malos. Pero vamos, estamos hablando de alguien que estuvo en este negocio por más de 50 años. Todos van a fallar si están tanto tiempo en el mismo asunto.
Mejor recordemos a Al Davis por lo que le dió a esta liga: un equipo insignia en los Raiders, lleno de frases y actitudes. "Just win, baby!" o el "Commitment with Excellence" son ahora íconos de esta liga, y la NFL que ahora conocemos no podría ser entendida sin Al Davis.
Al Davis fue el primer dueño de la liga en seleccionar jugadores que venían de universidades "negras". El contrató al primer coach latino de la NFL (Tom Flores) y en estos momentos no solo tiene un coach afroamericano en Hue Jackson (que no es el primero en ser coach de Oakland), también tiene una CEO mujer: Amy Trask. Trask es la primera y hasta el momento única mujer en llegar a ese puesto en la NFL, y eso es porque Al Davis, por encima de todo, creyó en la diversidad.
Una diversidad que la liga tardó en lograr. Una diversidad que Al Davis ayudó a crear.
Sin lugar a dudas extrañaremos a Al Davis. Pero eso sí, será muy difícil olvidarlo.
Desde que la NFL competía con la AFL, Al Davis ya era llamativo. El entonces comisionado de la American Football League sostuvo un pleito histórico con Pete Rozelle, el entonces comisionado de la NFL. Bueno, Davis fue de los pocos propietarios de la AFL que se opuso a la unión con la NFL, y cuando esta se consolidó él decidió renunciar como comisionado.
Vamos, Al Davis demandó a la NFL en más de una ocasión porque no lo dejaron mover a su equipo de ciudad, porque no lo apoyaron para construir un nuevo estadio y básicamente todo lo que se le pudiera ocurrir.
Pero eso es lo que Al Davis siempre fue: una figura controversial, llena de fuerza y, siendo honestos, muy benéfica para la liga.
Cierto, los últimos años fueron muy malos. Pero vamos, estamos hablando de alguien que estuvo en este negocio por más de 50 años. Todos van a fallar si están tanto tiempo en el mismo asunto.
Mejor recordemos a Al Davis por lo que le dió a esta liga: un equipo insignia en los Raiders, lleno de frases y actitudes. "Just win, baby!" o el "Commitment with Excellence" son ahora íconos de esta liga, y la NFL que ahora conocemos no podría ser entendida sin Al Davis.
Al Davis fue el primer dueño de la liga en seleccionar jugadores que venían de universidades "negras". El contrató al primer coach latino de la NFL (Tom Flores) y en estos momentos no solo tiene un coach afroamericano en Hue Jackson (que no es el primero en ser coach de Oakland), también tiene una CEO mujer: Amy Trask. Trask es la primera y hasta el momento única mujer en llegar a ese puesto en la NFL, y eso es porque Al Davis, por encima de todo, creyó en la diversidad.
Una diversidad que la liga tardó en lograr. Una diversidad que Al Davis ayudó a crear.
Sin lugar a dudas extrañaremos a Al Davis. Pero eso sí, será muy difícil olvidarlo.
1 comentario:
Gracias
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