Amigos, es un gusto enorme para nosotros en Formación Escopeta retomar la sección "El blog del jugador", y en esta ocasión Luis Soriano, elemento de los Borregos Campus Ciudad de México, es quién aceptó participar con nosotros. Y pues sin más les dejamos con la primera entrega de Luis.
Empate con sabor a derrota.
Veníamos de una semana bastante difícil, los resultados de los partidos anteriores no dejaban satisfecho a nadie. Creímos que contra la Anáhuac, así como contra el Campus Santa Fe, nos quedamos cortos y dimos un esfuerzo mediocre. Todos en el equipo, entrenadores y jugadores, sabemos que tenemos mucho más potencial del que mostramos.
Esas dos semanas los entrenadores optaron por enfocar los entrenamientos a la explosión, velocidad y al acondicionamiento físico en general. Esta semana enfrentábamos nuestro último partido de pretemporada y era contra un equipo de la ONEFA. Todos los jugadores queríamos poder jugar contra equipos de la otra liga aunque no sabíamos por que eligieron a los Centinelas del Cuerpo de Guardias presidenciales.
La semana de entrenamiento fue muy diferente a las dos anteriores, esta vez los entrenadores se enfocaron menos en la parte física del equipo y se centraron más en el football. Todos estábamos de acuerdo con esta decisión. En el equipo estábamos ansiosos. Ansiosos porque el 9 de septiembre tenemos un compromiso. Todos queremos inaugurar la liga dando un claro mensaje: estamos listos para jugar y ganar contra cualquier equipo.
Llegó el día del juego y se notaba un ambiente bastante relajado dentro del vestidor. Todos estaban tranquilos, sabíamos que nos enfrentábamos a un buen equipo pero nunca pasó por la cabeza un juego difícil o apretado.
Al empezar el juego todo el equipo se sentía bien. Teníamos la ventaja de ser más grandes y fuertes. Desafortunadamente nos llevamos una gran sorpresa: ¡Empezamos perdiendo el juego! Nadie comprendía lo que pasaba, al medio tiempo nos fuimos arriba por un punto pero con un mal sabor de boca. Sabíamos que ese no era nuestro nivel, sabíamos que estábamos subestimando a un equipo que venía con todas las ganas y decisión de ganar en nuestro propio campo.
En el segundo tiempo poco cambio la cosa y, de hecho, volvimos a estar abajo en el marcador hasta el último cuarto. En los últimos minutos, cuando nuestra derrota parecía definitiva, nuestra ofensiva consiguió avanzar lo necesario para meter un gol de campo que empataba el juego justo antes del final de éste.
Era un empate, un empate con sabor a derrota. No habíamos demostrado lo que queríamos, no habíamos mejorado, al contrario empeoramos y dimos una peor imagen. Subestimamos a un buen equipo, un equipo que tenía más ganas de jugar que nosotros. Fue como un baño de agua fría, un baño que necesitábamos, afortunadamente nos quedan dos semanas. Dos semanas de preparación para el juego que todos esperamos.
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