Cuando la temporada empezó USC era candidato a ganar el campeonato nacional y Matt Barkley era prospecto a ser ganador del Heisman y primera selección del draft el próximo año. Que la temporada termine en el Sun Bowl contra Georgia Tech es muestra de lo decepcionante que fue el 2012 para los Trojans.
Tal vez la única buena noticia es que USC (7-5) volverá a un tazón, que no han jugado en dos años por las sanciones impuestas ante el escándalo de Reggie Bush.
Lo peor para los Trojans es que empezaron el año 6-1, con su única derrota en ese momento viniendo ante Stanford, que ya no es una sorpresa. El problema vino en las cinco semanas siguientes, donde se fueron 1-4.
En ese periodo de cinco juegos perdieron con Arizona y Oregon por un marcador combinado de 101 a 87, le ganaron a Arizona State y luego perdieron con UCLA, partido en el que Barkley se sufrió una lesión en el hombro que lo dejó fuera del partido contra Notre Dame. La derrota con los Fighting Irish los dejó con 7-5 y camino al Sun Bowl.
Barkley no estará el día de hoy contra los Yellow Jackets, por lo que su carrera colegial terminó oficialmente. Y cerró mal. En la temporada lanzó 15 intercepciones (la cifra más alta en el Pac-12) y apenas por debajo de 300 yardas por partido.
Max Wittek tendrá la responsabilidad de dirigir la ofensiva de USC en este partido. Wittek completó 14 de 23 pases para 186 yardas con 1 TD y 2 intercepciones en su único juego de la temporada, ante Notre Dame.
La buena noticia para Wittek es que tiene dos excelentes receptores, Marqise Lee y Robert Woods. De hecho 167 de sus 186 yardas por pase fueron para ellos, por lo que la defensiva de Georgia Tech tendrá que estar muy atenta.
Lee tuvo 112 recepciones (líder del FB) para 1,680 yardas y 14 TDs, ganando el premio a jugador del año en el Pac-12 y siendo nombrado de forma unánime al equipo All-America. Woods tuvo 73 recepciones para 813 yardas y 11 TDs.
Georgia Tech (6-7), el rival de los Trojans hoy, es un equipo muy diferente. Los Yellow Jackets llegaron la final de la ACC porque Miami se impuso sanciones tras el escándalo de Kevin Shapiro, y perdieron con Florida State para terminar el año con marca perdedora. Como su séptima derrota fue en un juego de campeonato recibieron una excepción para jugar un tazón.
Ofensivamente los Yellow Jackets son uno de los mejores equipos por tierra, siendo una de dos universidades que corrieron para 4,000 yardas en el año. Eso les ayudó a conseguir un segundo viaje consecutivo a El Paso, extendiendo su racha de temporadas seguidas con tazón a 16. El problema es que llevan 7 derrotas consecutivas, incluyendo la del año pasado contra Utah en este mismo tazón.
Esta vez esperan que su ataque de triple opción sea suficiente, con seis jugadores corriendo para más de 400 yardas cada uno y 3 para más de 600. Tevin Washington es la estrella de entre todos, anotando 19 TDs.
Detener a GT será el último reto de Lane Kiffin como coordinador defensivo de USC. Su defensiva pasó problemas durante el año, tocando fondo en la racha de dos derrotas contra Arizona y Oregon, donde aceptaron más de 1,300 yardas totales.
Esta será la tercera aparición para cada equipo en este juego. La serie histórica entre estos dos equipos está 2-1 en favor de USC, con el último duelo viniendo en 1973.
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