La noche de ayer los Huskers se pusieron en un serio predicamento al estar abajo 27-6 ante Ohio State. Primero, este es el primer año de Nebraska en el Big Ten y su debut fue lamentable al ser apaleados por Wisconsin. Luego, estaban cayendo ante un equipo que tiene una cantidad de suspensions inaudita, y encima de todo estaban perdiendo en casa. La buena noticia es que encontraron como escaparse del drama que hubiera sido perder su segundo juego dentro del Big Ten en la misma cantidad de duelos.
Taylor Martinez, que hasta ahora ha sido la fuente de los fracasos y triunfos de Nebraska, se repuso de un juego donde lanzó 3 intercepciones ante Wisconsin para responder con 3 anotaciones anoche. Y entre él y Rex Burkhead organizaron un regreso que fue ayudado por su defensiva, que se pudo imponer a los Buckeyes tras la lesión del QB Braxton Miller.
Entre las anotaciones de Martinez, las grandes jugadas de Burkhead y el buen trabajo de la defensiva los Huskers tuvieron suficiente para reponerse y generar la remontada que les dió el triunfo por 34-27, en lo que terminó siendo el regreso más grande en la historia de la universidad.
Pero ojo, el drama del que se escaparon fue enorme, pero el que se quedó es de tamaño moderado.
Los Huskers están comprobando que el Big Ten es una conferencia bastante dura, lo que complicará sus aspiraciones. Taylor Martinez necesita mejorar su juego si quiere que Nebraska tenga oportunidad ante equipos como Michigan State o Iowa, que presentarán conjuntos mejores que lo que actualmente ofrece Ohio State.
Definitivamente será interesante seguir lo que pasa con los Huskers en este año de debut en el Big Ten. Así que seguiremos atentos.
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