La mayor parte de la final de la NFC los Seahawks no lograron anotar puntos. De hecho entraron a la parte final del encuentro con apenas 7 puntos. Pero uno de los regresos más increíbles en la historia de la NFL les dio el pase al Super Bowl.
Russell Wilson pasó muchos problemas durante todo el encuentro, incuyendo cuatro intercepciones (todas cuando buscaba a Jermain Kearse), pero al final del último cuarto comenzó a tomar forma, ayudando a que los Seahawks se fueran arriba 22-19 con poco más un minuto.
Los Packers, que tuvieron una primera mitad muy dominante, terminaro siendo víctimas de sus propios errores. Primero tuvieron dos series muy buenas dentro de la zona roja que terminaron en 6 puntos en lugar de 14. Luego vino la patada corta dejaron ir después de que Seattle se puso a 5 puntos de ditancia. Y también estuvo el error en la cobertura de la conversión de dos puntos.
Todo eso, sumado a un juego irregular de Aaron Rodgers (178 yardas, 1 TD, 2 INT), fue suficiente para que los Seahawks pudieran salir del hoyo en que ellos mismos se habían metido. Porque vamos, no pasas de ir perdiendo 16-0 a ganar 28-22 sin un poco de colaboración del rival. Y los Packers dejaron de hacer muchas cosas.
El juego no fue bueno para los Seahawks, eso es un hecho, pero es una muestra más de que es un equipo al que debes terminar cuando tienes la oportunidad. Ahora tratarán de repetir el título del Super Bowl y convertirse en el primer equipo en ganar un bicampeonato en la NFL desde que los Patriots lo hicieron en el 2005.
Curiosamente ese intento podría ser contra los mismos Patriots.
Lamentablemente para mis Packers, ganó el menos peor en los momentos decisivos. Otra vez McCarthy demostrando que no es coach para momentos grandes.
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