La buena noticia para los Texans es que ganaron su partido de hoy y rompieron una racha de dos derrotas con la que cerraron la temporada regular. La mala es que por lo visto hoy los Patriots no están muy preocupados por lo que será su duelo en la ronda divisional.
La defensiva de los Texans hizo un buen trabajo, eso es cierto, y J.J. Watt sigue en campaña para ser nombrado el jugador defensivo del año. El problema es que los Texans están muy lejos de ser un equipo que inspire miedo en los rivales, en especial cuando dichos rivales son Patriots o Broncos.
Y mientras la defensiva de los Texans hizo un buen trabajo, parte del resultado debe ser cargado a Jay Gruden y su pésimo trabajo mandando las jugadas ofensivas de los Bengals. A.J. Green no tuvo una sola recepción en la primera mitad, y de hecho fue usado por primera vez a mediados del tercer cuarto. Cuando Green comenzó a ser buscado los Bengals empezaron a mejorar al ataque, tanto que el partido se cerró y por momentos parecía que podía haberse ido en favor de ellos.
Ofensivamente los Texans tuvieron una gran producción de Arian Foster, que tuvo 140 yardas y 1 TD en el partido. Matt Schaub, por su parte, demostró que aún no está al nivel de las expectativas, lanzando para 262 yardas y teniendo 1 intercepción.
La baja eficiencia de Schaub el día de hoy es el principal motivo de preocupación en Houston. Si no es capaz de mejorar notablemente la próxima semana entonces la temporada de los Texans volverá a terminar en la ronda divisional.
Y el 42-14 de la primera vez que se enfrentaron a los Pats en el año se podría repetir casi exactamente.
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