Cuando Ohio State decidió anunciar sus "auto-sanciones" en torno al caso de Terrelle Pryor y compañía, tomaron la decisión de no suspenderse de los tazones del 2011. Eso provocó que la NCAA siguiera con su investigación y les diera una sanción que incluía no jugar tazones en el 2012.
El problema para Ohio State es que el año pasado terminaron 6-6 y apenas llegaron al Gator Bowl, mientras que este año su equipo ha resurgido bajo el mando de Urban Meyer, y de momento siguen invictos. Pero como no pueden llegar a tazones esta temporada no pueden aspirar a nada. Eso duele.
Vamos, hoy los Buckeyes destrozaron 52-22 a Illinois, con lo que OSU llega a 10 triunfos en el 2012, siendo el primer equipo de la FBS en hacerlo este año. Y con todo eso lo único a lo que pueden aspirar es a terminar invictos por el puro orgullo de hacerlo. Todo porque cuando pudieron no tomaron la decisión de castigarse pronto.
Si Ohio State hubiera decidido no jugar "postemporada" el año pasado la NCAA se hubiera quedado conforme con el castigo y no los hubieran suspendido para este año. Así que parece que al final de cuentas los Buckeyes cambiaron la oportunidad de jugar el Rose Bowl en el 2012 por la experiencia de haber participado en el Gator Bowl del año pasado.
Obviamente OSU no podía haber previsto esto. Pero sí queda de experiencia que más vale tomar el castigo pronto y no meter en problemas a tus futuras generaciones.
Y todavía peor, porque esto afecta al Big Ten entero. Su mejor equipo del 2012 no podrá representar a la conferencia en los tazones.
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